Yo soy Ofelia.
La que el río no retuvo.
La mujer colgando de la soga
La mujer de las venas cortadas.
La mujer de la sobredosis NIEVE SOBRE SUS LABIOS.
La mujer de la cabeza en el horno de gas.
Ayer dejé de matarme. Estoy sola con mis pechos, mis muslos, mi vientre. Rompo los instrumentos de mi encarcelación, la silla, la mesa, la cama.
Destruyo el campo de batalla que fue mi hogar. Abro de golpe las puertas, para que el viento pueda pasar, ¡y el grito del mundo!
La que el río no retuvo.
La mujer colgando de la soga
La mujer de las venas cortadas.
La mujer de la sobredosis NIEVE SOBRE SUS LABIOS.
La mujer de la cabeza en el horno de gas.
Ayer dejé de matarme. Estoy sola con mis pechos, mis muslos, mi vientre. Rompo los instrumentos de mi encarcelación, la silla, la mesa, la cama.
Destruyo el campo de batalla que fue mi hogar. Abro de golpe las puertas, para que el viento pueda pasar, ¡y el grito del mundo!
Destrozo la ventana. Con mis manos sangrantes rasgo las fotografías de los hombres que amé y que me usaron sobre la cama, sobre la mesa, sobre la silla, sobre el suelo.
Yo prendo fuego a mi prisión.
Yo arrojo mis vestidos al fuego.
Yo destierro de mi pecho al reloj que fue mi corazón.
Salgo a la calle vestida con mi propia sangre.
Yo prendo fuego a mi prisión.
Yo arrojo mis vestidos al fuego.
Yo destierro de mi pecho al reloj que fue mi corazón.
Salgo a la calle vestida con mi propia sangre.
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