sábado, 29 de diciembre de 2012

Happiness


Christmas time, gold and white, has arrived in town. Always joyful and always pretty; it was time for coming back. I was wishing to see the snow covering my dearest mountain peaks. I was wishing meeting the old faces, old streets and old cold winds. And dressed with my illusions I arrived my old place.

But, however, during my absence something seemed to be changed. For I wasn't able to feel like  home  once again. Suddenly all my time abroad seems to fade away, like a dream in the morning or like passed life memories. Some strange out-time summer has taken my Christmas of me. City streets, despite of lights, were flooded with lead grey air. There's no white around the peaks and noone has seen the rain.

 It's not my town, It's not my place cause there's something that I miss. Something I once had but won't return to me. Maybe it didn't looked important whereas it was around. Maybe I didn't know I had it until it was already lost. Because it's the strangest feeling and, of all, the most unknown.

River- Joni Mitchell

viernes, 19 de octubre de 2012

Caerphilly

Detente antes de cruzar el puente a contemplar lo que está ante ti.
Sentirás que el corazón se te encoge y que el pulso late con frenesí, 
pues en el fondo sabes que, al cruzar sus lagos, romperás del tiempo la barrera.
Coge fuerzas, no mires atrás; verás sus puertas abiertas.

Oirás en el viento una vieja canción, sabrás que él te llama.
Así pues, no esperes, adéntrate, atraviesa las murallas,
sube a los adarves, a sus barbacanas, registra las habitaciones
recorre sus patios, asómate a las saeteras y entra en los salones.

Bastión viejo de fríos muros, vencidos por el paso de los años. 
Una de sus torres ha caído, rota, como un árbol alcanzado por un rayo. 
Mas así, dos más se alzan orgullosas como montañas, 
coronadas por dragones, desafiando a los siglos que por ellas nunca pasan. 

Si eres hombre de alma valiente y no tienes miedo al pasado.
camina por la escalera de caracol hasta llegar a lo más alto.
No temas a los dragones, ellos tan sólo están vigilando, 
tal y como han hecho siempre, al pueblo al otro lado del lago. 

Apóyate en las almenas. Y verás...

Cuando abandones sus terrenos no sabrás si lo has tomado
o si, por el contrario, has sido tú el conquistado.


jueves, 11 de octubre de 2012

Exceso de equipaje

Llevaba ropa para abrigarme de la gélida soledad de las noches, de las horas nostálgicas y de cosas tan banales como el aliento del invierno, las madrugadas sin luna, la lluvia, el granizo y otras inclemencias.

También llevaba unos libros para el viaje, llenos de historias para no pensar y otro más para escribir mi epopeya en las tierras donde habitan los dragones. Me llevaba unas canciones contra el mareo y otras contra el miedo. Me llevaba el sol del verano, la presión de cada abrazo, el sonido de cada risa y el sabor de cada beso. Me llevaba su perfume; me llevaba el recuerdo.

En el aeropuerto me dijeron que tenía exceso de equipaje.









Nota: publicada con retraso; procuraré escribir más cosas a partir de ahora.

lunes, 30 de julio de 2012

Fragmentos


-         -  Me temo que no lo entiendes.- Sentenció ella con voz queda y, tras desviar la vista un segundo, dubitativa, se dispuso a hacer algo que llevaba mucho tiempo evitando: abrir su propio corazón-.

<< Yo no amaba sólo la belleza de su rostro, ni amaba, simplemente, su personalidad. Yo amaba todo de él y todo lo que con él se relacionaba. Yo amaba al músico, amaba su violín y cada nota arrancada de sus cuerdas. Amaba al político, al retórico, al científico. Amaba su caligrafía. Amaba cada palabra suya, dicha o escrita. Pero, por encima de todo eso, amaba al hombre y a cada parte de él. Amaba sus ojos, amaba aquel marco almendrado que definía la obra más bella jamás contemplada, aquella manera de mirar, el tono exacto de verde de su iris y los vaivenes de sus pupilas. Amaba la fina curva de sus labios, el candor de su sonrisa, la blancura marfileña de sus dientes, el brillo de aquella pátina de saliva que los recubría, el sabor de su boca y el suave roce de su lengua. Amaba el suave sonido de su voz y también el vacío de sus silencios. Amaba el tacto de sus manos, el movimiento de cada dedo y hasta el corte irregular de sus uñas. Amaba su perfume, dulce, almizcleño, intenso, amaba como me envolvía cada vez que me acercaba a él y siempre deseaba que se quedase pegado a mi ropa. Amaba la canción a dos voces interpretada perpetuamente por su respiración y sus latidos. Amaba cada uno de sus gestos, cada uno de sus actos y cada pensamiento que, por efímero que fuese, cruzaba aquella mente plagada de maravillas. Amaba estar a su lado y, sin embargo, pocas veces fui feliz con él. Pero yo no buscaba la felicidad, ni buscaba el placer. Yo quería sentirme viva, quería oír cantar a mi propia sangre. Quería estar cerca de mi otra mitad.

viernes, 20 de julio de 2012

La calle que olía a magnolias

El sol del verano se reflejaba en los escaparates como si fuesen espejos y la calle olía a los magnolios en flor plantados junto a la carretera. La gente abarrotaba las terrazas; tomaba cervezas, helados, refrescos y charlaba ininterrumpidamente entre camareros que iban y venían cargados con bandejas. Una pareja se amaba con pasión, entrelazados en un banco. Unos niños corrían con pistolas de agua empapándose unos a otros, salpicando, a veces, a los clientes de las terrazas, aunque no parecía importarles mucho, pues hacía un calor insoportable. Al final de la calle, el mar ofrecía su aspecto más manso y azul y, en el puerto, las gaviotas se arremolinaban en torno a las cajas de sardinas que acababan de descargar de un barco pesquero.

Por el paseo del rompeolas, ella caminaba distraída con el espectáculo que ofrecían las gaviotas acechando las cajas mientras un par de trabajadores se afanaba en ponerlas a salvo de sus certeros picotazos. De pronto, vuelve la cabeza un instante hacia un rincón y sonríe inconscientemente. Aún tiene el regusto de sus labios en la boca y su perfume, intenso, penetrante, embotándole los sentidos. Sólo había pasado un día desde su último encuentro y ya le echaba de menos. Decidió que le llamaría después, decidió que quería cumplir aquellos sueños que habían imaginado meses atrás: paseos junto al mar, atardeceres en la playa, música de guitarra... Decidió que quería rendirse.

Ella abandonó el puerto y enfiló la calle que olía a magnolias, aún con la sonrisa de aquel recuerdo pintada en la boca. Llegó a la altura de las terrazas. Un par de niños se le cruzaron mientras se disparaban agua. Ella se giró...Y entonces se fijó en la pareja que se besaba en el banco. 

La sonrisa se congeló en su cara. Sintió como algo se volvía a romper dentro de ella. No se podía mover.

El sol seguía brillando. La gente seguía charlando, ajena a la desolación que acababa de anidar en el corazón de aquella chica. El ruido de las copas ahogaba el sonido de los besos. El olor de las magnolias cubría su perfume. Las pistolas de agua empaparon el vestido de la chica que seguía contemplando, atónita, la cara de una mentira.

Cuando ya no pudo más, dio media vuelta y abandonó la calle.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Aniversario

Hace un año daba comienzo este pequeño proyecto de "cajón de sastre" en el que fui guardando mis pensamientos, mis vivencias, mis canciones...un poco de todo.
Gracias a todos los que lo habéis visitado, los que me habéis inspirado y los que lo habéis criticado. Yo pienso seguir escribiendo, mejorando, creciendo poco a poco en este arte de las palabras porque, de verdad, disfruto con ello.

Para acabar, y con motivo de este aniversario, os dejo esta canción, como siempre, en clave de Do.
Seasons of Love- Rent

miércoles, 23 de mayo de 2012

-No me mires así- supliqué.
- Pues cierra los ojos.
Y el roce de sus labios hizo que no quisiera volverlos a abrir.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Juegos

Hubo un tiempo en el que no me importaba en absoluto lo que pensabas; ahora sé que se ha acabado. Lo supe aquella vez que nos vimos en aquel bar a las dos de la mañana del sábado, con dos copas de más y el ruido de la música embotándonos los oídos. Te acercaste a mí y, como acostumbrabas, me pasaste una mano por los hombros y me estrechaste antes de darme un beso en la mejilla. Sí, recuerdo ese picor de nostalgia cuando me fijé en tu sonrisa y pensé "una vez le besé ahí".

Hablamos, otra vez, tímidos al principio, con la sombra del daño manchando nuestras voces; la confianza es una gacela que al herirla huye para no regresar. Pero la buscaste, con ahínco, reviviendo los buenos recuerdos, quiénes fuimos y cómo éramos. El trueno, la velocidad, el baile, el juego de los cinco ases en el que ambos hacíamos trampa. Y disfrutábamos con ello.

Volvimos a lanzar las cartas al aire mientras las luces de la ciudad se apagaban. Atrás quedaba el miedo y el rencor pasados y delante se alzaba lo incierto. Una nueva mesa. Una nueva partida.


lunes, 30 de abril de 2012

Guerra fría

- Tu silencio es un grito de desprecio.
- Tus palabras, una lección sin aprender.

jueves, 19 de abril de 2012

Beryl

Las llamas lamían la superficie de los manuscritos reduciéndolos a cenizas. En sus manos aún sostenía la pluma que tiempo atrás había probado aquellas páginas. Ella la miró con detenimiento una última vez, como si quisiera memorizar su forma, su tacto, sus colores, antes de arrojarla al fuego.

No sintió pena alguna esta vez, sólo vacío.

De pie, junto al fuego saboreaba aquella última calidez que las palabras iban a transmitirle, pero aún así se estremeció. Unos brazos la rodearon por la espalda, reconfortándola, y ella se dejó llevar por aquella inocente muestra de cariño.

- Pensé que al menos querrías conservar la pluma- susurró él en su oreja.
- ¿Por qué?
- Tal vez la eches de menos.

Ella se giró y lo miró a los ojos, dos gotas de miel verdosa que parecían invitarla a un banquete de sabores dulces y desconocidos. Por un segundo olvidó lo que le había dicho
.
- No- respondió al fin, aunque su voz no sonaba muy convencida. Era más un deseo que una certeza, pero no le quedaba más esperanza a la que aferrarse-. ¿Sabes qué es lo que escribía con esa pluma? Escribía las memorias de los sueños que jamás podría cumplir; aquellos tan hermosos y tan tristes al mismo tiempo que me llenaban el corazón de congoja y a la vez me desahogaban como un llanto de tinta. Pero simplemente eran sueños; cuando despertaba por las mañanas todo se había disipado y sólo me quedaba de ellos lo que había escrito. Ahora no me quedan sueños que soñar. Ahora los quiero vivir.

miércoles, 11 de abril de 2012

Cosas rotas

Resultaba extraño verle como si fuera un desconocido. Era como si aquel saludo fuera el primero; como si ni siquiera recordáramos nuestros nombres; como si todas nuestras aventuras pertenecieran a una vida anterior, difusa, escondida tras un velo de silencio. Era como si otras personas distintas hubieran habitado nuestros respectivos cuerpos durante todo ese tiempo y, de repente, se hubieran marchado.

sábado, 31 de marzo de 2012

Las viejas historias

- Dime, por favor, por qué estoy confiando en ti.
- Dime tú, por favor, por qué tardaste tanto en hacerlo.

martes, 27 de marzo de 2012

Sol de medianoche

Abría los ojos en medio de una noche sin luna. Las estrellas parecían haberse tomado un tiempo de vacaciones en compensación por la larga noche que había reinado durante los meses anteriores. Notaba la nieve fría y semiderretida bajo mi cuerpo, inmóvil, sobrecogido por la belleza del espectáculo que mis ojos estaban viendo. A lo lejos, un reloj dio las doce y él seguía allí, cálido, imponente, brillante como el dios que en su día fue. Seguramente nunca lo volvería a ver así, pero no importaba. Con una vez había bastado y sabía que el recuerdo de aquel momento me acompañaría por siempre.


A veces la mente trabaja más rápido que la realidad; el tiempo es una dimensión que la imaginación no conoce, y disfruta jugando con él. Así son los sueños, mezclas de deseos y posibles realidades que parecen arder mientras luchan por abrirse paso hacia el mundo real. Al despertar todo parece dolorosamente lejano, pero de alguna forma sigue presente en alguna parte, junto a nuestros anhelos e ilusiones, y saber que algo emocionante está a punto de suceder hace que el miedo desaparezca, que tus propios instintos te impulsen hacia delante sin dejar que mires atrás, pensando sólo en la aventura que se revela bajo tus pies. Lo demás no importa. Ya no hay nada que te retenga aquí.

viernes, 16 de marzo de 2012

Vistas al mar

El Nordeste húmedo y frío se agitaba en mi pelo y me resecaba los ojos. Los cerré, ¡al diablo con él! Sólo quería escuchar el ronroneo de las olas, oler el perfume del agua y notar el regusto a sal en los labios. Pero no pude hacerlo; el viento silbaba fuerte, y el frío iba invadiendo mis manos y mi cara, iba subiendo por los brazos, bajando por el cuello, instalándose en mi pecho y calando hasta los huesos. El Invierno había vuelto otra vez.

Apenas podría creer que tan sólo unos días antes las cosas hubieran sido tan distintas. Lucía un sol radiante, primaveral, nuevo, y en la playa, el mar abrazaba los pies de dos caminantes a los que la casualidad había decidido juntar; dos almas heridas con hambre de redención; dos jugadores que disfrutaban esos pequeños momentos en los que jugaban con las picas en la mano y los corazones en la manga. Pero las bazas jugadas bajo la mesa empezaron a abultar demasiado, y tras poner las cartas sobre la mesa, terminó la partida.

Abrir los ojos fue como despertar de un sueño; nada parece ser del todo real. Un día decidí volver a la playa, al mismo sitio donde tiempo atrás habíamos contemplado el mar juntos. Me acerqué a la barandilla y me asomé por el borde del muro. Abajo las olas rompían con violencia, alisando la superficie de la playa, borrando todas las huellas de nuestro paso por aquel lugar. Pocas historias duran más de una marea. El tiempo, como las olas, acabaría borrando cualquier evidencia de su existencia, y entonces tan solo nos quedaría el recuerdo. El resto pertenecería al pasado. Miré a las olas y me dije que nadaba hacia buen puerto, pero aun así la travesía no iba a ser fácil. Ante mí se extendía un mar hostil y estaba completa y apabullantemente sola.

- ¿Qué harás ahora?- me dije. Estaba muy cansada y ansiaba encontrar la paz de nuevo, la que él conseguía hacerme sentir cuando me estrechaba entre sus brazos, ese dulce opio que me hacía sonreír después de cada beso, o el placer sencillo de olvidar el dolor. 

A veces lo echaba de menos o sentía que lo necesitaba, pero a pesar de todo aquello, sólo había una posible respuesta a la pregunta que me había formulado; no podía volver atrás.
- ¿Qué harás ahora?- me volví a preguntar, y la respuesta era simple.
Capear el temporal.

lunes, 2 de enero de 2012

TT's III: La banda sonora de un año

525.600 minutos. Eso es lo que dura un año. Parece mucho y a la vez muy poco. Hoy miro atrás y parece que esos minutos se escaparon de algún sitio y se desvanecieron sin que me diese cuenta. ¡Y ya hace dos días que estrenamos año!
Por eso, como cada fin de año, seleccionaré la banda sonora del 2011, doce canciones que me recuerdan a momentos vividos este año, momentos que marcaron el curso de este trocito de vida.

Enero
Fue uno de esos meses en los que estudiar duramente me impidió tener vida. No obstante, un rey mordió la arena nada más estrenar el año.
París

Febrero
Quemó como whisky helado
Polka triste de febrero

Marzo
Y la ciudad palpitaba con horario de oficina
A veces se me olvida

Abril
Genial viaje a Zumaia. Lluvia, piedras y alcohol.
This Afternoon

Mayo
Primera vez que vi un amanecer con otros ojos, y con una canción en mente.
4th of July, Asbury Park

Junio
I'm getting older and I need something to rely on
Somewhere only we know

Julio 
You had my heart inside your hands, and you played it to the beat. We could have had it all...
Rolling in the deep

Agosto
Estos labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo de estación.
Nos sobran los motivos

Septiembre
Genial concierto de M-Clan en Oviedo, y triste despedida.
Para no ver el final

Octubre
Nothing to win and nothing left to lose
With or without you

Noviembre
Nevermind, I'll find someone like you. Who would have known how bittersweet this would taste?
Someone like you

Diciembre
Something about this place, something about lonely nights and my lipstick on your face.
Yoü and I

En fin, ésto ha sido todo lo que el 2011 dio de sí, sólo espero que este nuevo año venga cargado de historias que compartir antes de que se acabe el mundo.

Gracias a todos los que os habéis pasado por aquí alguna vez, y muy en especial a mis dos seguidores oficiales: Claudia Carrascal y Andrés Treceño, no sólo por leer las chorradas que me da por escribir en mis ratos libres, sino también por estar ahí siempre. Vosotros sois la prueba palpable de que los conflictos y la distancia poco pueden hacer si una amistad es verdadera, y por eso os quiero.
Un abrazo:
Sandy