domingo, 11 de septiembre de 2011

In memoriam

Mañana se acaba el  verano, o más bien las vacaciones de verano (el señor Lorenzo se dignó a aparecer por aquí hasta principios de septiembre) y hoy el día ha estado dedicado a los recuerdos, a la nostalgia y a la desazón que provoca saber que en menos de veinticuatro horas el despertador empezará a pitar sin piedad alguna, marcando el inicio de una nueva época llamada "Segundo de carrera".

En principio me pareció que este verano fue corto, insípido y casi hasta rutinario. No he salido de Asturias y las veces que he ido a la playa se pueden contar con los dedos de las manos; no obstante, si hago cuentas, en realidad no ha sido tan malo.

He empezado las vacaciones antes que nunca, el tres de junio a las siete de la tarde ya era una mujer libre, claro que por aquel entonces no lo sabía. Acababa de salir de un examen de física con el pulso latiéndome en las sienes y los nervios aún atragantados en la garganta. Unos diez días después se confirmó mi libertad.

Desde ese día hasta hoy han pasado más de tres meses y más de trescientas anécdotas que contar con una coca-cola (light) delante. He conocido muchas caras nuevas; he extrañado muchas otras; he llenado el ordenador de canciones nuevas y de chorradas escritas en mis noches de insomnio; he visto cómo la aurora se alzaba tras nosotros mientras caminaba por la calle con la única idea de quitarme los tacones al llegar a casa; he reído hasta que mi abdomen gritó "basta"; he llorado y he visto llorar; he tenido en la memoria la estructura de unos labios incorrectos; he visto a un rey mordiendo la arena y a otro alzarse casi imperceptiblemente para después marcharse sin más. He vivido, y eso me basta por ahora.

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